Pensé que nunca llegaría a escribir esto. Soy un empleado de empresa “publica” o bien de servicio público. En términos concretos, la diferencia es que el financiamiento de esta institución y el pago de mi remuneración provienes del erario nacional, de todos aquellos que se sacan de los impuestos, de la venta del cobre y otras cosas más.
Sinceramente no se cuál es la verdadera motivación de una persona para trabajar. Miro a mí alrededor y pareciera que para nadie es suficiente con lo que gana. Obviamente no hay ningún análisis respecto a si el trabajo que se realiza merece o no ser mejor pagado.
Y así, caigo en las eternas divagaciones de todos aquellos que viven de un empleo: que esta gana mucho, que esta gana poco, que la otra vendió el poto y por eso tiene mejor sueldo, que las vacaciones son pocas, que el jefe es un tarado, que nuestras oficinas son malas, etc.
Al parece la cuestión de fondo respecto al servicio al ciudadano y de cómo somos mejores pasa a segundo plano. Estoy decepcionado en cierta forma. Veo que cada uno procura solo lo mejor para sí mismo y no en pensar que hacemos para que los demás, aquellos ciudadano que deben ser “servidos” por nosotros se ven mejor compensados o beneficiados con lo que hacemos.
Tengo pena, tengo rabia y mi motivación a veces decae. La sensación es la de estar siendo parte de miles de cosas irrelevantes para el país, para el mundo y para el planeta. ¿Qué puedo hacer.
Lo cierto es que tengo muchas dudas: dudo que el médico del hospital este realmente interesado en el bienestar de los pacientes que llegan a las urgencias, dudo que el policía este interesado realmente en encontrar las cosas que le robaron al dueño del almacen de la esquina, dudo que el funcionario del municipio este interesado en apoyar las cosas para que esta sea una gran ciudad.
Siendo que la aspiración superior solo abunda en los discursos protocolares, en las cuentan anuales de gestión. Mi impresión es solo procuramos diseñar una gran mascara que oficie de escudo protector para sustentar nuestra permanencia y sustento económico en el tiempo.
A veces me pregunto, cuanto es lo que realmente aporto a esta sociedad desde mi puesto de trabajo?
¿entrego el equivalente a lo que me pagan? ¿Qué fruto o impacto real tiene mi trabajo?
Ojo, no me quejo de mi trabajo, me gusta, lo disfruto. Solo que me gustaría mas si me convencieran de todos queremos hacer las cosas mejores, no por ganar mas, sino por entregar mas.
Mi pequeño desahogo.
Sinceramente no se cuál es la verdadera motivación de una persona para trabajar. Miro a mí alrededor y pareciera que para nadie es suficiente con lo que gana. Obviamente no hay ningún análisis respecto a si el trabajo que se realiza merece o no ser mejor pagado.
Y así, caigo en las eternas divagaciones de todos aquellos que viven de un empleo: que esta gana mucho, que esta gana poco, que la otra vendió el poto y por eso tiene mejor sueldo, que las vacaciones son pocas, que el jefe es un tarado, que nuestras oficinas son malas, etc.
Al parece la cuestión de fondo respecto al servicio al ciudadano y de cómo somos mejores pasa a segundo plano. Estoy decepcionado en cierta forma. Veo que cada uno procura solo lo mejor para sí mismo y no en pensar que hacemos para que los demás, aquellos ciudadano que deben ser “servidos” por nosotros se ven mejor compensados o beneficiados con lo que hacemos.
Tengo pena, tengo rabia y mi motivación a veces decae. La sensación es la de estar siendo parte de miles de cosas irrelevantes para el país, para el mundo y para el planeta. ¿Qué puedo hacer.
Lo cierto es que tengo muchas dudas: dudo que el médico del hospital este realmente interesado en el bienestar de los pacientes que llegan a las urgencias, dudo que el policía este interesado realmente en encontrar las cosas que le robaron al dueño del almacen de la esquina, dudo que el funcionario del municipio este interesado en apoyar las cosas para que esta sea una gran ciudad.
Siendo que la aspiración superior solo abunda en los discursos protocolares, en las cuentan anuales de gestión. Mi impresión es solo procuramos diseñar una gran mascara que oficie de escudo protector para sustentar nuestra permanencia y sustento económico en el tiempo.
A veces me pregunto, cuanto es lo que realmente aporto a esta sociedad desde mi puesto de trabajo?
¿entrego el equivalente a lo que me pagan? ¿Qué fruto o impacto real tiene mi trabajo?
Ojo, no me quejo de mi trabajo, me gusta, lo disfruto. Solo que me gustaría mas si me convencieran de todos queremos hacer las cosas mejores, no por ganar mas, sino por entregar mas.
Mi pequeño desahogo.
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